La Valle de la Visión
"Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.”
Isaías 22:12-13
El Valle de la Visión parece un que es un nombre esperanzador, como si fuera un lugar donde Dios está obrando. En este caso no es así. Dios está comparando este valle como un símbolo de una ceguera espiritual, indiferencia y juicio; el pueblo de Dios estaba otra vez luchando, ellos ya no tenían sensibilidad por la Palabra de Dios.
Esta profecía es un fuerte llamado a despertar, a no ignorar las advertencias de Dios cuando estamos rodeados de ruido, comodidad o distracción.
Jerusalén estaba celebrando cuando debía llorar. La ciudad se sentía segura, pero el peligro la rodeaba. En vez de buscar a Dios, Su pueblo se entregó a los placeres: “comamos y bebamos, porque mañana moriremos”. Esta actitud revela un corazón endurecido que prefiere el entretenimiento al arrepentimiento.
¿Nos parecemos a ellos cuando evitamos enfrentar nuestras crisis espirituales con fe, y preferimos ocultarlas con distracciones?
Jerusalén se preparó físicamente para el ataque: fortificó muros, almacenó agua, revisó armamento… Pero Isaías dice: “No tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró”. El gran error no fue la preparación, sino la autosuficiencia. Se olvidaron de consultar al Señor, como si Él no tuviera nada que decir. Y dejaron de depender de Él.
¿Estamos confiando más en nuestras estrategias, habilidades o recursos, que en Dios mismo? ¿Dependemos de nosotros mismos o de otros y dejamos a Dios a un lado? Si usted está dependiendo de otros y dejamos las bendiciones de otros, usted no considera a su Dios como suficiente, y esto es un error.
El lamento de Dios en el versículo 12 es conmovedor. Él esperaba llanto, humildad, una actitud contrita… pero no la encontró. Su juicio no fue solo por el pecado, sino por la falta de respuesta al llamado al arrepentimiento. Él estaba ahí esperando a Su pueblo, pero este no quería buscarlo.
¿Estamos sensibles a la voz de Dios cuando nos corrige, o preferimos ignorarla hasta que sea demasiado tarde? Cuando las consecuencias llegan es cuando nos damos cuenta que tarde estamos respondiendo…
Este pasaje nos recuerda que estar expuestos a la verdad no garantiza que vivamos en ella. Podemos estar en el “Valle de la Visión” —asistiendo a la iglesia, leyendo la Biblia— y sin embargo, vivir ciegos espiritualmente. Dios no busca solo acciones externas, sino un corazón que se quebrante cuando Él habla. No busca que dependamos de otros o de nosotros mismos, busca que dependamos únicamente de Él. Experimentar la gracia, bondad y amor de Dios de primera mano, es lo mejor; nada se compara a vivir una vida mirando la mano milagrosa de Dios; dependamos de Él, pero esto solo pasa si usted le escucha cuando le llama la atención.
Este es un buen día para abandonar el Valle de la Visión y poner sus ojos en Cristo y vivir una vida para Él.
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Leer: Isaías 18-22 y Proverbios 17
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