El deleite de Dios


“Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”. Lucas 12:29-32


Demasiadas veces la gente ve a Dios como si fuera avaro, reprimiendo lo que podría hacer si Él quisiera. La Biblia presenta un cuadro muy diferente. Muestra a Dios como un Padre amoroso que se preocupa profundamente por sus hijos. “Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” (Salmo 84:11). La realidad es que Dios se deleita en proveer a sus hijos. Él nos da, no porque lo merezcamos, sino porque es Su naturaleza hacerlo.

El evangelio solo fue posible gracias a que Dios dio a su Hijo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16). Romanos 8:32 enfatiza que un regalo tan asombroso prueba que Dios nunca retendría lo que es bueno o necesario para nosotros: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”.

Dios es generoso y generoso por naturaleza. No tenemos que convencerlo de que nos ayude; Él se deleita en hacerlo. Pero cuando descuidamos la oración por nuestras necesidades, es como si pensáramos que Dios no está dispuesto a proveer para nosotros. En cambio, deberíamos orar por lo que necesitamos y recordar con gozo la bondad de Dios para cuidar de nosotros. Cuando le pedimos a Dios que provea, le estamos brindando un gran deleite.


Principio del evangelio para ser edificado: Ore recordando que tiene acceso a la gracia divina que Dios promete a Sus hijos y que Él se deleita en satisfacer sus necesidades.

 

21 de abril - LEER - 2 Reyes 4-5 - ¿Cuáles fueron las tres maneras en que fue recompensada la mujer sunamita por su amabilidad a Elías?