Fe y lo imposible

“Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir”. Hebreos 11:17-19


Cuando Abraham se dirigió al monte Moriah para ofrecer a Isaac como sacrificio, como Dios le había dicho, él no sabía el resultado de su obediencia. Según el razonamiento humano, si Abraham ofreciera a Isaac, volvería sin su hijo, el mismo hijo que Dios le había prometido décadas antes y que finalmente le había dado después de que toda esperanza parecía haberse perdido. Sin embargo, ahora Abraham se estaba preparando para obedecer el mandato de Dios de sacrificar a su propio hijo. La fe de Abraham en Dios era tan inquebrantable que no solo estaba dispuesto a hacer eso, sino que también creía que después de hacerlo, Dios resucitaría a Isaac. 

Su fe se revela en lo que les dijo a los sirvientes que lo acompañaron en el viaje. “Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros” (Génesis 22: 5). Hasta dónde sabemos, nadie hasta este momento de la historia había sido resucitado de entre los muertos. Abraham simplemente sabía que Dios había prometido que sus descendientes vendrían a través de Isaac, y creía que lo que Dios había dicho era tan cierto como si ya hubiera sucedido.

Nosotros también tenemos la oportunidad de caminar en la fe, creyendo que Dios hará lo imposible. Cuando confiamos en Cristo como nuestro Salvador, Él nos prometió la vida eterna. También comenzó una obra de transformación en nuestros corazones que prometió completar cuando lo veamos. “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1: 6).


Principio del evangelio para ser edificado: Camine por la fe que ha recibido del Señor y predique el evangelio del Dios de lo imposible.


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