Andando con Bruce Olson (parte 2)
...En ese momento él tenía 19 años y no tenía ningún apoyo de alguien o sostén económico. Pero confiaba que Dios iba a proveer para todas sus necesidades, y así fue. Dios proveyó desde el primer momento, incluso en su viaje para sacar su pasaporte.
Bruce llegó muy contento a Venezuela, el viaje salió muy bien, pero el resto del viaje no fue nada de lo que esperaba. Pues desde que llegó al aeropuerto, nunca se presentó la persona que lo hospedaría, no sabía hablar español, así que era muy difícil comunicarse. Bruce pasó por muchas cosas antes de poder llegar donde estaban los motilones. Estuvo a punto de morir muchas veces; pero Dios lo rescató de mucho y le enseñó muchas cosas en proceso.
Finalmente, Bruce emprendió el viaje dentro de la selva para conocer a los motilones. Primero, él llegó a una tribu que él creyó que eran los motilones; pero no eran, ellos eran los yukos. Estar ahí era aburrido para Bruce, pues ellos siempre comían lo mismo (y a él no le gustaba lo que comían), no hacían mucho. Así que decidió regresar a Venezuela.
Por razones desconocidas, nunca pudo regresar, la verdad era Dios que no estaba permitiendo que regresara sin conocer la región de los motilones. Nadie quería guiarlo hacia los motilones, pues ellos eran muy conocidos por ser muy violentos, nadie salía vivo de su territorio.
Él convenció a algunos yukos de guiarlo, un día se acercaron mucho y cuando él se dio la vuelta quien lo acompañaba salió corriendo lo más rápido que podía. Casi al mismo instante sintió algo punzante clavado en su pierna. El dolor era muy intenso y estaba rodeado de varios hombres altos y robustos.
Lo obligaron a pararse y a empezar a caminar, él sentía un dolor muy intenso a cada paso, cuando llegaron a la casa motilona, ellos fueron muy crueles con él, casi no lo alimentaban. Fue un milagro que no lo mataran. Un día, después de haber estado como un mes con ellos, decidió que era momento de irse. Él se escapó una noche, a duras penas podía avanzar. Fue un milagro que encontrara la civilización. cuando encontró a las personas se dio cuenta que ya no estaba en Venezuela, sino en Colombia, había cruzado la frontera por medio de la selva y él ni siquiera se había dado cuenta.
Después de pasar un tiempo en Colombia y recuperarse, Bruce tuvo algunos problemas legales de migración. Dios le ayudó en cada paso y puso personas en su camino para que lo ayudaran. Olson seguía con el deseo de regresar a los motilones, a pesar de lo cruel que lo habían tratado. Él sabía que la voluntad de Dios para él era que compartiera el evangelio con los motilones.
Así que Bruce se propuso regresar, compró varios medicamentos y se dispuso a partir a la selva. Todos le decían que ya no regresara, pero él sabía que necesitaba obedecer a Dios. Cuando llegó cerca de una casa motilona, acampó y comenzó a poner diferentes objetos en los árboles como regalos para los motilones, con el tiempo ellos empezaron a tomarlos. Un día los motilones siguieron sigilosamente a Bruce, todos parecían muy felices, lo reconocieron y esta vez lo trataron muy bien. Los motilones y uno en especial se hizo su amigo. Esto dio paso a que empezara a aprender su dialecto. Fue bastante difícil de aprender y de comunicarse con ellos, tomó más tiempo del que esperaba.
Había muchas palabras que ellos no tenían en su vocabulario. Así que Bruce se esforzó mucho por aprender su dialecto y por crear conceptos que ellos comprendieran, comparándolo con algo que ellos ya entendían, y así fue como tradujo el Antiguo Testamento (esto le llevo muchos años completarlo); pero fue un gran avance para que los motilones conocieran más del Señor.
Pasaron varios años y Bruce no veía a nadie salvo, hasta que un día su mejor amigo, a quien él llamaba Bobby fue salvo, eso fue una gran puerta abierta para que muchas personas fueran salvas y comprendieran el amor de Dios.
Sin duda, Dios ha obrado en una manera increíble e indescriptible en medio de los motilones y en la vida personal de Bruce Olson. Muchas veces, ellos pasaron por diversas pruebas como enfermedades mortales, inundaciones, personas que querían aprovecharse de los motilones y quitarles sus tierras donde habitan. Pero Dios siempre ha sido fiel y Su gracia ha sido abundante.
Dios usó en una gran manera a un hombre que estuvo dispuesto a dejar todo atrás y obedecer primero a Dios. Él tuvo mucha oposición, pero también sabía lo que era correcto de hacer.
Te ánimo a que sigas fielmente a Dios y que le sigas donde quiera que Él te lleve, porque sin duda alguna Su voluntad es el mejor lugar para estar y el más seguro. Dios escribe las más grandes e increíbles historias.
Leer: Salmos 73, 77-78; Proverbios 26
Anotar todos los verbos de Salmo 77.