Sanando con liviandad

“Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen? Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño. Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz”. Jeremías 8:9-11

Imagine que esta frente a un oncólogo que le estuviera dando la mala noticia de que tiene cáncer. Inmediatamente querrá saber cuál es su pronóstico de vida. Entonces querrá saber cuál es el mejor tratamiento. ¿Cómo respondería usted si ese médico le dijera? “Bueno, creo que si se pone una venda en la muñeca y un cabestrillo alrededor del brazo, eso lo solucionará”. En ese momento usted saldría desesperadamente buscando un nuevo médico, porque reconocería que el tratamiento que sugirió el medico es enteramente absurdo para su enfermedad. A esto se refería Jeremías cuando condenó a los falsos profetas, ellos prescribieron una cura que no funcionaría. L≥¬pa única “cura” que ofrecieron fue una falsa seguridad que trajo una paz temporal.

Vivimos en un mundo enfermo y destrozado por el pecado. Tenemos la cura para el problema mortífero del pecado que funciona cada vez que se aplica. “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). Sin embargo, muchas veces como cuando éramos niños escupíamos un medicamento que sabia mal, así la gente rechaza la cura que Dios les provee. Muchas iglesias, incluidas algunas que son muy grandes, ofrecen palabras amables que la gente quiere escuchar en lugar de diagnosticar y tratar eficazmente el problema. Esto puede ser popular, pero mata las almas en el infierno.

Principio del evangelio para ser edificado: Comparta la verdad del evangelio que proporciona la cura del pecado con alguien hoy.

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