El Anciano de Días


“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos”.


Nos gusta la novedad de los regalos dados en Navidad. Una vez que los regalos se desenvuelven, es divertido aprender y experimentar con los nuevos aparatos o juguetes. Pero nuestro mayor regalo en Navidad no es el último aparato tecnológico. Nuestro regalo más grande siempre ha existido. Y a pesar de que Él es el Anciano de Días, la alegría, la renovación y la paz que da supera con creces a la felicidad encontrada en los regalo de Navidad temporales.


Jesús no se convirtió en Dios, ni fue creado. Él siempre ha existido, y Él siempre fue Dios. La plena divinidad de Cristo se muestra por Daniel, quien utilizó el término "Anciano de días" para referirse tanto a Dios el Padre y Dios el Hijo. El Cristo que la mayor parte del mundo se imagina cuando piensan en Navidad, si se detienen a pensar en Él , es mucho menor que el Cristo que la Biblia describe.


Este no era cualquier bebé que yacía en el pesebre de Belén. Este fue el mismo Dios, venido a la Tierra para ser el Salvador. Es imposible para nosotros comprender totalmente cómo Jesús podía ser completamente Dios y completamente humano, sin embargo, creemos esta verdad vital porque la Biblia nos dice que Él lo era. Sin ser completamente Dios, Jesús no podía pagar por los pecados del mundo. Sin ser plenamente hombre, Jesús no podía morir y convertirse en el sacrificio que se requería. La Navidad debe ser algo más que un momento especial del año. Debe ser un momento cuando meditamos y nos regocijamos en la verdad de quién es Cristo y lo que Él ha hecho por nosotros.


Principio de hoy para permanecer Arraigados: Al celebrar el nacimiento de Cristo, recuerde que Su venida es una poderosa declaración del amor de Dios para usted.