Deseando lo que tiene los pecadores
No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo;
Porque ciertamente hay fin, Y tu esperanza no será cortada.
Proverbios 23:17–18
En un mundo donde el éxito aparente de los impíos puede deslumbrarnos, Proverbios 23:18-19 nos llama a fijar nuestra mirada en una verdad eterna: nuestra esperanza en Dios nunca será decepcionada. El verso nos recuerda que, aunque los malvados parezcan prosperar, su camino lleva a un fin vacío. En contraste, quienes temen al Señor y caminan en Sus caminos encuentran un futuro seguro y una esperanza viva.
Es fácil envidiar las riquezas, el poder o la comodidad que a veces exhiben aquellos que ignoran a Dios. Sus logros pueden parecer atractivos, como un espejismo que promete satisfacción. Sin embargo, la Palabra nos advierte que estas cosas son pasajeras, como el viento que se desvanece (Proverbios 23:5). En lugar de desear lo que el mundo ofrece, Dios nos invita a enderezar nuestro corazón hacia Su camino. Esto requiere sabiduría: la sabiduría que viene de escuchar Su voz, meditar en Su Palabra y confiar en Sus promesas.
El temor del Señor no es solo reverencia, sino una vida dedicada a agradarle. Cuando servimos a Dios con fidelidad, nuestra esperanza se fortalece, porque Él es fiel para cumplir lo que promete. Mientras el mundo persigue lo temporal, nosotros estamos llamados a vivir para lo eterno, sabiendo que “ciertamente hay fin” —un futuro glorioso que Dios ha preparado para los que le aman (1 Corintios 2:9).
Hoy, reflexiona: ¿Dónde está puesto su corazón? ¿En las cosas que brillan momentáneamente o en la esperanza inquebrantable que Dios ofrece? Escoja ser sabio, hijo de Dios. Enderece su camino confiando en Él, sirviéndole con todo su ser. No se deja seducir por lo que parece bueno a los ojos del mundo, porque solo en Cristo hallará plenitud. Siga adelante, con los ojos fijos en el Señor, y descanse en la certeza de que su esperanza no será cortada.
Video de hoy: https://youtu.be/puyyVU-a8WA
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