El peligro de las posesiones
Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.
Sofonías 1:18
En un tiempo de prosperidad económica, la gente había puesto su fe en lo material en vez de en el Creador. El pueblo había caído en los pecados en vez de en la adoración. Siguieron a malos líderes y no hicieron caso de los pocos piadosos. Ahora viene el día de la ira del Señor, un momento que podrían haber evitado, pero no lo hicieron porque tenían sus trabajos y agendas, y asumieron que todo iba a seguir igual.
¡Qué advertencia tan poderosa nos ofrece Sofonías! En nuestra vida moderna, también corremos el riesgo de caer en la misma trampa. Las posesiones materiales —dinero, tecnología, bienes— nos seducen con promesas de seguridad y felicidad. Pero, ¿qué valor tienen estas cosas ante el juicio de Dios? Sofonías 1:18 nos recuerda que ni la plata ni el oro pueden salvarnos. Todo lo que acumulemos en este mundo se desvanecerá como polvo frente al fuego del celo de Dios. ¿Está usted colocando su confianza en lo que no dura?
El pueblo de Judá se dejó llevar por la comodidad y la complacencia. Creyeron que sus riquezas y rutinas los protegerían, pero ignoraron la voz de Dios que los llamaba al arrepentimiento. Hoy, usted enfrenta la misma decisión. ¿Se aferra a lo temporal, o busca al Dios eterno? Las agendas llenas y las ambiciones mundanas no ofrecen refugio en el día de la ira del Señor. Solo la humildad, la fe y la obediencia a Dios traen verdadera seguridad.
Sofonías no solo advierte, sino que también ofrece esperanza. En Sofonías 2:3, se nos exhorta: “Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra… buscad justicia, buscad humildad; quizá seáis guardados en el día de la ira de Jehová.” Dios es misericordioso y desea salvar a quienes se vuelven a Él. Examine su corazón hoy: ¿Qué posesiones o prioridades le están robando su atención? Arrepiéntase y busque a Dios con todo su ser.
No deje que las distracciones de este mundo le aparten del Creador. Las riquezas se desvanecen, pero la presencia de Dios permanece para siempre. Dedique su vida a lo eterno, y encontrará gozo y paz que nada en este mundo puede igualar. Que el Espíritu Santo le guíe a vivir para la gloria de Dios, dejando atrás lo que no tiene valor eterno.
Video de hoy: https://youtu.be/BZ-J8N_GtnE
Leer: Sofonías 1-3; Proverbios 6
Según la profesía, ¿qué iba a pasar a los que decían “Jehová ni hará bien ni hará mal”?