Confiando en el Dios justo y poderoso

Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira, y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.

Nahúm 1:2-3


Sería un error considerar que aquellos que van en contra de Dios y Sus Sagradas Escrituras pueden seguir en este rumbo sin consecuencias. Dios está consciente de lo bueno y lo malo que sucede en todo el mundo en cada momento. Aunque no podemos entender por completo cómo funcionan muchos de los planes de Dios, podemos confiar en Su gran poder y habilidad para tratar con las cosas correctamente.


Nahum 1:2-3 presenta un retrato majestuoso y temible de Dios: un Dios celoso, vengador y lleno de poder. Estas palabras pueden parecer intimidantes, pero también son profundamente reconfortantes para quienes confían en Él. Que Dios sea "celoso" no implica inseguridad, sino un amor apasionado por Su pueblo, un compromiso inquebrantable de proteger lo que es Suyo. Él no tolerará que la injusticia o la maldad prevalezcan indefinidamente. Su justicia es perfecta, y Su poder, ilimitado. Nahum describe a Dios marchando en la tempestad y el torbellino, con las nubes como el polvo de Sus pies. Esta imagen recuerda que Él es soberano sobre toda la creación, capaz de controlar incluso las fuerzas más caóticas de la naturaleza.


Como hijo de Dios, estas verdades invitan a descansar en Su soberanía. En un mundo lleno de incertidumbre, donde la injusticia a veces parece ganar terreno, usted puede confiar en que Dios no solo ve, sino que actúa. Él es "tardo para la ira", lo que muestra Su paciencia y misericordia, dando tiempo para el arrepentimiento. Pero también es "grande en poder" y "no tendrá por inocente al culpable". Esto significa que ninguna circunstancia escapa a Su control. Ya sea que usted enfrente desafíos personales, conflictos familiares o injusticias globales, Dios tiene la última palabra.


Confiar en Dios no siempre es fácil, especialmente cuando no se ve Su mano actuando de inmediato. Sin embargo, Nahum asegura que Dios nunca es indiferente. Su aparente lentitud no es inactividad, sino una expresión de Su gracia, permitiendo que Su plan se desarrolle en el tiempo perfecto. Como hijo de Dios, usted está llamado a depositar su fe en Él, sabiendo que Su poder es suficiente para sostenerlo y Su justicia prevalecerá. Romanos 8:28 recuerda que "a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien". Esto incluye las tormentas de la vida, que Dios usa para fortalecerlo y acercarlo a Él.


Hoy, reflexione: ¿Hay alguna área de su vida donde necesite confiar más en el poder y la justicia de Dios? Tal vez enfrente una situación que parece fuera de control, pero Dios sigue siendo soberano. Lleve sus preocupaciones a Él, confiando en que Él cuida de usted con un amor perfecto. Como el Dios que marcha en la tempestad, Él puede calmar cualquier tormenta y guiarlo a un lugar de paz. Descanse en Él, sabiendo que Su poder y amor nunca fallan.


Video de hoy: https://youtu.be/04dqisofIN0


Leer: Nahum 1-3; Proverbios 4

Según la profecía, ¿a qué iba a ser reducida la ciudad que iba en contra a Dios?