¡Cuán delicioso!

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna.

Salmos 133:1-3 


En este salmo encontramos el verdadero sentimiento de habitar en unidad. Tan bueno y tan delicioso es la unidad - es refrescante y trae paz y contentamiento. Dios dedica un capítulo completo y bonito sobre este tema tan importante en la vida Cristiana. 


En una pequeña comunidad amish en el condado de Lancaster, Pensilvania, una joven pareja, Jacob y Sarah, enfrentó una pérdida devastadora cuando un incendio destruyó su granero a principios de los 2000. El granero era esencial para su sustento, albergando su ganado y almacenando cultivos. Sin él, su granja enfrentaba la ruina. La pareja, aún recién casada, se sentía abrumada, sin saber cómo podrían reconstruir con recursos limitados y el duro invierno acercándose.


La noticia del incendio se difundió rápidamente por la comunidad unida. A la mañana siguiente, antes de que Jacob y Sarah pudieran siquiera formular un plan, los vecinos comenzaron a llegar a su granja. Para el mediodía, más de 100 hombres, mujeres y niños de familias amish vecinas se habían reunido. Trajeron herramientas, madera y comida, listos para trabajar. Esto era una tradicional construcción de granero amish, una poderosa muestra de unidad comunitaria.


Los hombres se organizaron en equipos, con carpinteros expertos liderando la construcción mientras otros transportaban madera y clavaban clavos. Las mujeres prepararon comidas, asegurándose de que todos estuvieran alimentados, y los niños ayudaron con tareas menores, como pasar herramientas o limpiar escombros. Nadie recibió pago, y nadie se quejó. El ambiente estaba lleno de propósito y camaradería, mientras se cantaban himnos y las risas resonaban en el campo.


Al atardecer, había ocurrido una transformación asombrosa. Un nuevo granero se erguía donde solo había cenizas 24 horas antes. Jacob y Sarah, con lágrimas en los ojos, abrazaron a sus vecinos, abrumados por la gratitud. El granero era más que un edificio; era un testimonio de la fuerza de la unidad de su comunidad. Como dijo un anciano, “Somos un solo cuerpo. Cuando uno sufre, todos sufrimos. Cuando uno reconstruye, todos reconstruimos.”


Este día reflexione en la gran bendición que tenemos de ser cristianos y de rodearnos de otros buenos cristianos y que juntos podemos deleitarnos en esta jornada pasajera aquí en la tierra. No importa cuál es su parte, todas son importantes para crear armonía y unidad.


Video de hoy: https://youtu.be/JpN2zTUqVfo


Leer: Salmos 133 y Proverbios 2

En su corazón reflexione y escriba cuál es la bendición más grande por la que se siente agradecido ahora en el ministerio donde Dios le tiene y ¿por qué?