El sorprendente liberator
Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.
2 Crónicas 36:23
Es curioso ver cómo Dios usó a Ciro, el gran conquistador de aquel entonces, para traer al pueblo de Dios de regreso y darles una oportunidad de reconstruir el templo para adorar al Dios verdadero. No hay evidencia de que Ciro el Grande fuera un seguidor de Jehová, pero por lo menos tomó una posición política que permitió a los judíos regresar a su tierra y retomar la adoración a Dios. Dios es capaz de usar aún las circunstancias más extremas para cumplir Su voluntad en maneras diferentes de las que nosotros habríamos diseñado.
Este pasaje de 2 Crónicas nos muestra un ejemplo fascinante de la soberanía divina en acción. Ciro, rey de Persia, era un líder pagano, un conquistador implacable que expandió su imperio a través de batallas y estrategias militares. Sin embargo, Dios lo utilizó como un instrumento para liberar a Su pueblo de la cautividad babilónica. Profetizado siglos antes en Isaías 44:28 y 45:1, donde Dios lo llama "mi pastor" y "su ungido", Ciro emitió un decreto que no solo permitía el regreso de los exiliados judíos, sino que también proveía recursos para la reconstrucción del templo en Jerusalén. Imagina la sorpresa de los judíos al oír que un rey extranjero, que adoraba a dioses como Marduk, reconocía públicamente a Jehová como el "Dios de los cielos" y afirmaba que Él le había dado autoridad sobre los reinos de la tierra. Lo que hace esta historia tan impactante es que Ciro no era un creyente devoto.
Históricamente, su política de tolerancia religiosa era pragmática: permitía a los pueblos conquistados mantener sus costumbres para evitar rebeliones y fomentar la lealtad. El Cilindro de Ciro, un artefacto antiguo, confirma esta aproximación, donde se presenta como un liberador elegido por los dioses locales. Pero desde la perspectiva bíblica, esto no fue mera coincidencia política; fue el cumplimiento de la voluntad de Dios. Jehová movió el corazón de Ciro (Esdras 1:1), demostrando que Él puede influir en líderes mundiales, incluso aquellos ajenos a Su fe, para lograr Sus propósitos. Esto nos recuerda Proverbios 21:1: "El corazón del rey está en la mano de Jehová como los ríos de agua; Él lo inclina a todo lo que quiere".
En nuestras vidas hoy, esta verdad es profundamente alentadora. A menudo enfrentamos situaciones donde parece que el mal triunfa: gobiernos opresores, líderes corruptos o circunstancias personales abrumadoras. Pensamos que Dios solo actúa a través de personas piadosas o métodos milagrosos directos. Sin embargo, la historia de Ciro nos enseña que Dios es maestro en usar lo inesperado. Él puede transformar una conquista imperial en un acto de redención, un decreto político en un cumplimiento profético. ¿Estás en una "cautividad" personal, como un trabajo estresante, una relación rota o una crisis financiera? Confía en que Dios puede usar incluso a personas no creyentes –un jefe incrédulo, un político secular o un vecino indiferente– para abrir puertas y restaurar lo que se ha perdido.
Al final, el llamado de Ciro resuena: "Quien haya entre vosotros de todo su pueblo... suba". No era una orden, sino una invitación a actuar en fe. Los judíos tuvieron que responder, emprender el viaje y reconstruir. De igual modo, Dios nos invita a participar en Su plan. Él provee las oportunidades, pero nosotros debemos "subir" con obediencia. Que esta reflexión nos inspire a ver la mano de Dios en las circunstancias más improbables, recordando que Su voluntad siempre prevalece, a menudo de maneras que superan nuestra imaginación. En un mundo caótico, Él sigue siendo el Rey soberano, capaz de usar a cualquiera para Su gloria y nuestro bien.
Video de hoy: https://youtu.be/GeFN3gDnl_0
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