¿En qué voluntad nos enfocamos?



“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”

1 Corintios 15:57-58


Mucho antes de la invención del radio, la televisión o el internet, y del nacimiento de nuestra cultura que todo lo abarca, un ensayista Británico llamado Walter Savage Landor escribió, “Cuando los hombres pequeños hacen sombras grandes, se puede saber que el sol se está poniendo”. En una época en la que la fama y la notoriedad han reemplazado a los logros como la manera más rápida para ser visto como alguien de importancia, no debemos de olvidar que nuestro trabajo no se trata de los valores temporales y fugaces de la cultura, sino de el impacto eterno de nuestra labor para el Señor.


Si nos evaluamos a nosotros mismos por el estándar del mundo, nos vamos a desilusionar con los resultados. No todos los siervos fieles del Señor reciben la atención y los elogios de los demás. Son fieles a sus familias y a sus iglesias, tratan a otros con amor y les comparten el evangelio, y hacen todo lo que pueden por vivir sis vidas de acuerdo a la Palabra de Dios. Y después de todo sus nombres no son anunciados en las noticias, y nunca reciben el galardón y la alabanza que se la da a la celebridad más moderna.


Mientras que el mundo ve a esas personas como un fracaso, Dios no lo ve así. Él está buscando a personas que sean fieles y consistentes sin importar la atención y la alabanza. El conocimiento de que nuestro trabajo para Dios, el trabajo duro de todos los días, no es en vano, nos permite continuar fielmente. Y mientras lo hacemos, sabemos que un día Él dirá, “bien hecho”.


Principio de renovación de hoy: Usted no necesita el aplauso del hombre sino la aprobación de Dios para que su vida valga la pena.