Orando con propósito

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.

Salmo 100:1–5


Observando este corto Salmo, realmente describe mucho de lo que es y como es la oración. Nuestra actitud acerca de la oración hace una gran diferencia en cuanto a la eficacia de las mismas oraciones. 


Nuestra actitud en la oración debe ser una de alabanza, alegría, regocijo, adoración y amor. Cuando estamos bien con Dios, el tiempo de oración se va rápido y no se siente como un deber, mas bien como una conversación con un amigo cercano.


Una historia verdadera sobre alguien tan ferviente en la oración que perdió la noción del tiempo involucra a George Müller, un evangelista prusiano del siglo XIX y director de orfanatos en Bristol, Inglaterra, conocido por su extraordinaria fe y dependencia de la oración. Según *La autobiografía de George Müller* (compilada de sus diarios y publicada en 1899) y relatos de sus contemporáneos, como los de *George Müller de Bristol* de Arthur T. Pierson (1899), Müller pasó una vez toda una noche en oración sin darse cuenta de cuánto tiempo había transcurrido.


El incidente ocurrió durante un período de dificultades financieras para sus orfanatos, que albergaban a más de 2,000 niños y funcionaban únicamente con donaciones sin recaudaciones directas. Müller, confiando en que Dios proveería, se retiró a su estudio para orar por fondos para cubrir necesidades urgentes, como alimentos y ropa para los niños. Comenzó a orar por la noche, buscando fervientemente la provisión de Dios e intercediendo por los huérfanos. Su concentración fue tan intensa que perdió toda noción del tiempo, continuando en oración durante toda la noche. Cuando su esposa o un asistente lo encontraron la mañana siguiente, aún orando, Müller se sorprendió al descubrir que ya era de día, pues creía que solo habían pasado unas pocas horas. Sorprendentemente, ese mismo día llegaron donaciones no solicitadas, cubriendo exactamente las necesidades por las que había orado, lo cual Müller registró como una respuesta directa a sus oraciones.


Esta historia está respaldada por los detallados diarios de oración de Müller, que catalogaron miles de oraciones respondidas, y por testimonios de su personal y seguidores, conservados en registros históricos del Orfanato Ashley Down. El evento es consistente con la práctica documentada de Müller de sesiones de oración prolongadas y llenas de fe, que a menudo duraban horas o noches enteras. Aunque la fecha exacta de este incidente específico no está precisada en las fuentes, es una anécdota bien conocida de su vida, ampliamente compartida en círculos cristianos.


Disfrute su tiempo con Dios hoy en oración. Agradézcale por quien es y por lo que hace en su vida diaria.


Leer: Salmos 89, 96, 100, 101, 105, 132; Proverbios 6

¿Cual área especifica de su oración necesitar ser ajustada por lo que leemos y aprendemos de estos Salmos?