Trovando salmos a Dios
Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; Cantaré, y trovaré salmos.
Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa; Me levantaré de mañana.
Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; Cantaré de ti entre las naciones.
Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y hasta las nubes tu verdad.
Salmo 57:7–10
La descripción del salmista de como piensa de Dios desde comenzar su día es un buen reto de contemplar. Es un grande respeto por Quien es y como es Dios que básicamente está consumiendo sus pensamientos.
La palabra “trovar” en versículo siete es una palabra usada con muy poca frecuencia, y en parte porque creo que no hay muchos que realmente cumplimos con el uso de la palabra. Trovar significa componer versos o trovas, lleva la idea de poesía. ¿Cuándo es la última vez que pensando en Dios y Su grandeza, de repente comenzó de componer una poema o canto a Dios? Este pensamiento es de mucho reto para mí. Durante las ocupaciones de la vida y pidiendo a las cosas según mi conveniencia, a veces es fácil de olvidar de Quien es Dios y Su deseo de poder tener una relación conmigo, aunque por ninguna razón merezco eso.
Buscando la palabra trovar en su uso, encontré esta historia interesante que debe hacernos reflejar en nuestra respuesta a Dios durante los tiempos que se hace fácil de desanimarse.
“En un pequeño pueblo de las montañas de Guatemala, vivía Ana, una mujer humilde que trabajaba tejiendo textiles coloridos para sostener a su familia. Cada mañana, mientras el sol despuntaba, Ana se sentaba frente a su telar, pero antes, siempre cantaba. No eran canciones comunes; eran himnos que ella componía, inspirados en su fe inquebrantable en Dios.
Una vez, durante una sequía que amenazó los cultivos del pueblo, la desesperanza se apoderó de todos. Ana, sin embargo, no dejó de cantar. Con su corazón firme, como dice el Salmo 57:7, trovaba melodías que alababan la bondad de Dios, incluso en la escasez. Una tarde, mientras cantaba bajo un árbol seco, los niños del pueblo se acercaron, atraídos por su voz. Pronto, los ancianos y las familias se unieron, y sus cánticos llenaron el aire de esperanza.
Días después, las lluvias llegaron, y el pueblo atribuyó el milagro a las oraciones y cantos de Ana. Ella, con humildad, decía: "No soy yo, es Dios quien escucha cuando trovamos con el corazón”. Su admiración por Dios, expresada en cada nota, unió al pueblo y les recordó que la fe puede mover montañas. Ana siguió trovando, y su voz se convirtió en un faro de luz para todos”.
¿Está permitiendo a su admiración y alabanza a Dios de despertar la creatividad adentro de usted y trovar una poema o un canto a Dios? Permita a su tiempo con Dios hoy ser una bendición, hasta que despierta la creatividad y comienza de pensar en la grandeza del Dios único.
Video de hoy: https://youtu.be/yGYt3_FS920
Leer: 2 Samuel 22-23; Salmo 57
Capítulo 23 tiene el título "Últimas palabras de David". ¿Qué es la conclusión de sus últimas palabras?