Consciente
“Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete.”
2 Samuel 13:15
Parece una historia de película, una de esas que uno puede considerar “fea” de mirar en familia, o una que solo podría ver una vez y nunca más. Pero realmente sucedió, y está en la Biblia; una historia de pecado, consecuencias y muchas otras cosas.
Probablemente usted ha escuchado muchas veces las palabras “no era consciente de” “no lo pensé” “solo pasó”; lo cierto es que el pecado sí es una decisión, porque muchas veces se maquina en nuestras mentes—lo consideramos y lo hacemos. En este pasaje entendemos que Amnón estaba casi enfermo por llevar acabo su pecado, pero no fue consciente de todas las consecuencias que le traería a él, su media hermana y por supuesto a su familia. Pero consideremos aquí el pecado de su padre, David, mencionado unos capítulos antes. Aunque era diferente, también era pecado de inmoralidad, movido por sus deseos carnales y su impulso, llevó acabo su pecado y también tuvo que enfrentar consecuencias grandes.
Algunas verdades que podemos aprender de esta historia es que sí existe el impulso humano, y necesitamos ser consientes de ello. Muchas veces lo pensamos y decidimos llevarlo acabo, pero como cristianos debemos cuidarnos; mayormente en cuanto a los impulsos de inmoralidad que es lo que la historia nos está enseñando.
“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” 1 Corintios 6:18-19. Este es un pecado que Dios nos insiste a que huyamos de él. En caso de otros pecados, Él nos anima de ser firmes o resistirnos pero al pecado de la inmoralidad sexual Él nos dice “huyan”.
Hoy en día hay muchos cristianos luchando con esto mismo, y es de vergüenza; pero Dios sí es fiel para perdonar y restaurar. No necesita enfrentar las consecuencias que Amnón enfrentó o cargar con las cicatrices de Tamar, y menos la sed de venganza que Absalón tuvo por dos años, y el hecho de afectar a su familia también. Dios quiere que nos protejamos de estos peligros y aún más Él quiere ayudarle a salir de este pecado si lo está pasando. Aunque va a tener consecuencias, el final puede ser mucho mejor que ahora.
Asumir las responsabilidades o consecuencias por el pecado es difícil. Nadie quiere estar ahí, pero a veces hay que estarlo y enfrentarlo; no es divertido pero tampoco debe dejar que la culpa por el pecado le consuma o le moleste en su andar con Dios y aún más que afecte a los de su casa.
Ser consciente de los peligros de nuestros propios deseos y de lo que en el mundo hay. Nos hace una “alarma” o un llamado a que protejamos nuestros hogares, nuestros niños, nuestro cónyuge, y sobre todo nuestros corazones—ahí es donde comienza el pecado y no debemos dejar que crezca o va a salir.
Este día ore por su familia, su cónyuge, sus amigos y hermanos en Cristo, medite y evalúe que limites necesita reforzar para no dejar entrar este pecado en sus vidas— quizá más cuidado con lo que está mirando en su celular, restricciones en el tiempo en pantalla de sus hijos. Puede evaluar que medidas quiere tomar, pero necesitamos proteger nuestra pureza y la de los que están con nosotros. El enemigo es real y puede usar una pequeña cosa en su vida diaria para hacer crecer la inmoralidad—¡cuidado!
Video de hoy: https://youtu.be/35jZtb6aG0A
Leer: 2 Samuel 13-15; Proverbios 15
¿De que forma Absalón se estaba robando el corazón de Israel?