El Peligro del Orgullo

“La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra”.
Proverbios 29:23

Hank Gathers de la Loyola Marymount University fue uno de los mejores jugadores de baloncesto universitario de la nación. Durante la temporada 1988-1989 se convirtió en el segundo jugador en la historia de la NCAA en liderar a todos los jugadores, tanto en puntos y rebotes en el mismo año. La siguiente temporada de Gathers, en su último año, el equipo de baloncesto de los Leones fue aún mejor y ganó el campeonato de la conferencia la temporada regular. Antes de un partido por el torneo de la conferencia al final de la temporada Gathers dijo a un periodista que lo entrevistaba: "Dios no podrá detenerme esta noche".

Solamente minutos después que comenzó el juego, Gathers anotó en una volcada en contraataque y luego se derrumbó en el suelo. Los paramédicos no pudieron reanimarlo, y con sólo veintitrés años de edad, fue declarado muerto a su llegada al hospital. Gathers había estado sufriendo de un latido irregular del corazón, pero como él sentía que el medicamento que se le recetó interfería con su capacidad para jugar baloncesto, al parecer, había dejado de tomarlo, lo que lo llevó a su muerte temprana.

Cuando tenemos éxito en cualquier área de nuestra carrera, la familia o el ministerio, la tentación es tomar el crédito y permitir que el orgullo llene nuestros corazones. Ese es un lugar peligroso. A través del profeta Isaías, Dios declaró: "mi honra no la daré a otro" (Isaías 48:11). La razón por la que el orgullo es tan peligroso es porque parece tan razonable para nosotros en el momento. Al igual que el gran rey Nabucodonosor caminando sobre las murallas de Babilonia, tenemos la tentación de mirar el trabajo y los logros de nuestra vida y proclamar: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?" (Daniel 4:30). Si cedemos a la tentación estamos deshonrando a Dios y en camino a la destrucción.

Precepto del libro de Proverbios para el día de hoy: Si detecta rastros de orgullo en su corazón, arrepiéntase inmediatamente y humíllese delante que Dios juzgue su orgullo.