Aborreced el mal
“Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; Él guarda las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra.”
Salmos 97:10
Cómo cristianos, nosotros deberíamos de ser los primeros en decir “No” al pecado; pero muchas veces, nosotros no hacemos nada al respecto, aunque somos incómodos con nuestro propio pecado o el de otros, simplemente lo aceptamos e ignoramos.
Nuestro Dios aborrece la maldad y el pecado… ¿pero por qué nosotros muchas veces abrazamos nuestro pecado? Seguramente es porque nuestra naturaleza es pecaminosa y porque nos acomodamos… Proverbios 9:17 “Las aguas hurtadas son dulces, Y el pan comido en oculto es sabroso.” Nos muestra que lo que está oculto muchas veces es disfrutado; pero, cuidado, la dulzura de ese pan se acaba, y sale a la luz, sumándole las consecuencias.
Si usted está cómodo con su pecado hoy… ¿usted piensa que no afecta a otros? ¡Si afecta! Su gozo es diferente, se aísla y busca oportunidades de faltar a la iglesia, está lejos pensando que nadie está pensando en usted o mirándole, o puede pensar que todos a su al rededor están en su contra. Muchas veces esto viene de aceptar la maldad.
Sí afecta el ambiente, afecta su hogar y su propia relación con Dios. Él ama a usted y dio a su único Hijo por usted, pero lo que Él no ama y tampoco aceptará es el pecado, la maldad.
Si seguimos a Dios, amamos a Él y somos Sus hijos, debemos mirar el pecado como lo que es—maldad y algo que no debe permitirnos sentir cómodos. Ser incomodo no es malo; nos ayuda a crecer y seguir aprendiendo; aún más, nos motiva de poder ayudar a otros para amar al Señor y hacer las cosas correctamente.
Este día guíe sus pensamientos a la voluntad de Dios, lea y disfrute la voz directa de Dios para usted. Él es fiel y justo para guardarle y proveerle de todo lo que necesita. Sea ejemplo para otros y recuerde que estar cerca de Dios. Vale la pena y es la mejor vida.
Leer: Salmos 95, 97, 98, 99; Proverbios 22
¿Qué dice el salmista respecto a los que sirven a las imágenes?