Abundante misericordia
"sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jehová; para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jehová el Señor".
Ezequiel 16:62-63
Servimos a un Dios que es sumamente grande en misericordia y amor para con nosotros. Por medio del profeta Ezequiel, Dios está explicando todo lo malo que ha hecho Su pueblo en contra de Él y de Su santidad; sin embargo, al mismo tiempo expresa que una de las maneras en que vamos a conocerlo es por Su perdón y misericordia. ¡Qué verdad más increíble!
A finales de la década de 1990, Amy Biehl, una joven becaria Fulbright estadounidense, fue trágicamente asesinada en un ataque racialmente motivado en Sudáfrica durante los turbulentos últimos días del apartheid. Amy, de 26 años, había estado trabajando incansablemente para promover la reconciliación racial y apoyar a las comunidades desfavorecidas en Ciudad del Cabo. Mientras conducía a sus amigos a casa, una turba, impulsada por la ira y la agitación política, la sacó de su automóvil y la atacó, lo que resultó en su muerte.
Los padres de Amy, Linda y Peter Biehl, quedaron devastados por la pérdida de su hija. Sin embargo, en lugar de albergar resentimiento, eligieron un camino de compasión extraordinaria. Viajaron a Sudáfrica para comprender las circunstancias de la muerte de Amy y el contexto más amplio de las luchas del país. Descubrieron que los jóvenes involucrados en el ataque, Easy Nofemela y Ntobeko Peni, entre otros, eran productos de una sociedad profundamente dividida, actuando por desesperación y rabia contra la opresión sistémica.
En lugar de buscar venganza, los Biehl fundaron la Fundación Amy Biehl en 1994 para continuar el trabajo de su hija. La fundación se centró en la educación, el desarrollo juvenil y la reconciliación en las mismas comunidades donde Amy había sido asesinada. Pero su bondad fue más allá. Cuando Nofemela y Peni, dos de los hombres condenados por el asesinato de Amy, solicitaron amnistía a través de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica, los Biehl apoyaron públicamente su liberación, creyendo que el perdón era el camino hacia la sanación.
Tras su liberación en 1998, Nofemela y Peni se acercaron a los Biehl, expresando remordimiento y el deseo de reparar el daño. En un acto de profunda compasión, Linda y Peter no solo los perdonaron, sino que los acogieron. Se reunieron regularmente, y los Biehl incluso emplearon a Nofemela y Peni en los programas de su fundación, donde ambos se convirtieron en mentores juveniles, ayudando a alejar a otros de la violencia. Peni describió más tarde a Linda como una “segunda madre”, y los Biehl se refirieron a ambos hombres como parte de su familia extendida.
La manera en que los Biehl respondieron a los asesinos de su hija es un testimonio de una bondad inmerecida. A pesar de sufrir el peor agravio posible, eligieron responder con amor, perdón y un compromiso para sanar una comunidad fracturada. Sus acciones no solo transformaron las vidas de Nofemela y Peni, sino que también inspiraron a innumerables personas, demostrando que la compasión puede romper los ciclos de odio y crear un cambio duradero. De manera similar, lo que los Biehl demostraron es apenas un reflejo de lo que Dios ha hecho con nosotros: perdonarnos lo imperdonable.
Aunque hoy en día somos propensos a actuar de maneras que no agradan a Dios, Él no deja de amarnos, vernos como Sus hijos y mostrarnos Su infinita misericordia. Realmente no queremos recibir solo la justicia de Dios, porque eso nos condenaría; lo que necesitamos y tenemos disponible es Su misericordia. Gracias a Dios por eso.
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Lectura: Ezequiel 16–17; Proverbios 31
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